Por: Claudia Cruz
Este cortometraje resalta la situación crítica de
la ciudad de Cali en el año 1978 y la forma en que los cineastas explotan la miseria para sus fines profesionales.
El
propósito del documental es reflejar la pobreza de Cali, mostrando personajes
en estado crítico, es decir, en estado de analfabetismo, delincuencia precoz,
abandono de familia, vagancia infantil y demencia.
Con ayuda de un taxista, los directores hacen recorridos por la capital del Valle del Cauca y son dirigidos a los lugares
donde es más frecuente esta problemática. Durante el recorrido buscan escenas
que les favorezca y se acercan a habitantes de la calle buscando su propósito.
Terminando el documental graban una escena en una casa humilde y en mal estado
donde simulan que allí vive una familia. Esta familia narra su historia
inventada a partir de una serie de preguntas que realiza el presentador y en plena grabación, llega el dueño de la casa. Enfurecido al ver a
estos extraños en su vivienda, reacciona de una manera descontrolada y espanta
a todos los que en esta se encuentran. Toda esa escena es actuada, exagerando la situación en la que
vive Luis Alfonso Londoño, dueño de la casa, para generar más emoción en el
receptor.
La manera en que los directores de este documental se dirigen y se expresan hacia los habitantes de la calle no es la adecuada, pues en varias ocasiones los tratan de “locos”, “putas” y exageran las situaciones, es totalmente antiético. La forma en que graban el rostro de estas personas sin su autorización tampoco es la apropiada, puesto que es necesario un permiso y más aún, cuando estos personajes muestran incomodidad en el momento de la grabación, es notable que se sienten intimidados y perseguidos.
La manera en que los directores de este documental se dirigen y se expresan hacia los habitantes de la calle no es la adecuada, pues en varias ocasiones los tratan de “locos”, “putas” y exageran las situaciones, es totalmente antiético. La forma en que graban el rostro de estas personas sin su autorización tampoco es la apropiada, puesto que es necesario un permiso y más aún, cuando estos personajes muestran incomodidad en el momento de la grabación, es notable que se sienten intimidados y perseguidos.
La
investigación se hizo a partir de personajes que iban encontrando en su camino,
grabándolos y mostrando la miseria de Cali en esa época. Todo esto se realizó
en las calles de la ciudad con ayuda de un taxista que los iba dirigiendo por
todos los lugares correspondientes para las escenas. Se utilizó una vivienda
humilde con el respectivo permiso del dueño para un suceso relevante del
documental.
Se
necesitó de habitantes de la calle, de una vivienda, de personas colaboradoras
para la ejecución de escenas y de los
expertos para la realización del documental: Dirección y Actuación, Carlos
Mayolo; Dirección, Montaje y Sonido, Luis Ospina y Fotografía, Eduardo Carvajal
y Fernando Vélez.
El tratamiento audiovisual que se le dio a este documental, está proyectado con una cámara, la cual estaba encargada de mostrar toda la acción que la situación conllevara. Esta estuvo apoyada en la dinámica de planos cambiantes.
Por
otra parte la dirección de fotografía, se realizó a escala de grises para darle
una tonalidad más dramática a la situación.
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